Stirling es un arquitecto que, en los años cincuenta y sesenta, hace un esfuerzo admirable por dar una estructura nueva al lenguaje de la arquitectura moderna. Se dio cuenta de que la popularización del lenguaje vanguardista banalizaba o agotaba a la arquitectura; por lo tanto pretendió desde los primeros años de su carrera, encontrar nuevas vías para la arquitectura moderna y siempre demostró su admiración por la ciudad antigua.
Al igual que los arquitectos de la Tendenza Italiana sus
propuestas y proyectos pretendían hacer de la ciudad la razón de ser de la
arquitectura.
Le Corbusier fue siempre un personaje importante durante su carrera y a Stirling le importaba mucho su principio de La promenade architecturale.
En la arquitectura anónima y en el urbanismo medieval
antiguo encuentra la respuesta a lo que son sus ideas acerca de la
arquitectura. La estructura de la que se sirve Stirling es ahora más flexible,
pretende reconocer el valor de una cierta jerarquía al hacer los muros
paralelos a la calle, dejando en segundo plano a la casa y dibujando el perfil
de la calle a partir de la fachada.
Después comienza a incorporar elementos que son de contrapunto a los tradicionales al hacer uso de materiales tecnológicos no muy frecuentes para su época y al incorporar la rampa para generar recorridos (promenade architecturale).
La arquitectura de Stirling se trata de una arquitectura que
no deja lugar para el descanso, en la que nuestra mirada queda atrapada por
multitud incidentes a los que el arquitecto prestó atención y que nuestros ojos
forzosamente descubren.
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