La arquitectura no depende de lo externo, ni busca la
expresión personal. Por lo tanto la arquitectura no es un arte y hay un abandono
de la referencia iconográfica.
Se debe de pensar en la forma del edificio a partir del
material que se va a usar en éste. Y es tanto su interés por los materiales que
en algunos casos lo crean.
Sus trabajos refleja algunas de las virtudes y de los
atributos del pasado de la arquitectura suiza: respeto por el lugar, atención a
la escala, rigor y cuidado a los detalles.
Criterios para establecer estrategias para proyectar una
obra: partir de un prisma mínimo capaz de prescindir de toda alusión personal.
En todas sus obras y proyectos el campo de acción del arquitecto
ha quedado limitado al control de las fachadas, a la definición de la piel del
edificio: los materiales ahora parecen servir tan solo a ello y se ha perdido
aquella condición estructural del sólido.
Su arquitectura es el despliegue visual de la construcción.
Ni la planta, ni la sección, ni el concepto de espacio serán los referentes de
su trabajo.
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